Grupo negociador en Minera Escondida recibe luz verde de la Dirección del Trabajo.

La instancia, conformada por 116 trabajadores, quedó a la espera ahora de una respuesta de la empresa a su propuesta de contrato colectivo. El objetivo es lograr un bono por término de negociación para todos los trabajadores no sindicalizados y nuevos beneficios que serían extensivos.


“Hay una realidad totalmente oculta y que no se ha transparentado, que tiene que ver con la dictadura en la que vivimos con el Sindicato N° 1. Aquí cualquier socio que levante la mano para debatir o consultar algo, rápidamente es silenciado por los dirigentes y creemos que eso no puede ser”.

Con esas palabras, Marcelo Fonseca, trabajador de Minera Escondida y uno de los líderes que impulsa el grupo negociador al interior de la minera, relata las motivaciones del movimiento que busca alcanzar un bono por término de negociación (BTN) y beneficios para todos aquellos que fueron excluidos -a petición del sindicato- del último proceso colectivo, que culminó a mediados de agosto tras el pago de $ 19 millones (entre BTN y préstamo blando) a alrededor de 2.500 personas que sí estaban sindicalizadas.

Para lo anterior, el grupo -que está conformado por 116 personas- ya se anotó un primer triunfo, luego que el director (s) regional del Trabajo de Antofagasta, Manuel Cabezas, determinara que “no existe impedimento legal para que un grupo negociador, conformado por trabajadores no sindicalizados de Minera Escondida, presente un petitorio a la empresa, existiendo dos sindicatos en la misma compañía”. Por ello, ahora sólo resta que la empresa entregue su respuesta a la solicitud de iniciar conversaciones, cosa que debería generarse en el corto plazo.

Así entre las 116 personas que conforman el grupo negociador alrededor del 70% corresponden a disidentes del sindicato; un 20% a expulsados tras la huelga de 2017; y un 10% a personas que nunca estuvieron sindicalizadas.

“Hay gente que nunca ha estado sindicalizada. Hay otras personas que renunciamos al sindicato por su forma de enfrentar los problemas y hay otros que fueron expulsados. En la huelga de 2017, hubo trabajadores que se descolgaron porque tenían enfermedades catastróficas o familiares con ese tipo de enfermedades. Esa gente tuvo que descolgarse de la huelga para poder contar con el beneficio de salud. Eso no lo entendió el sindicato y fueron expulsados”, señaló Fonseca, agregando que el movimiento también es liderado por el expresidente de la Federación Minera de Chile y expresidente del Sindicato N°1 de Escondida, Pedro Marín; y además por Frankie Fristis, quien participó del sindicato de Cerro Colorado, y que es uno de los disidentes de la organización sindical de la minera.

¿Qué piden? Respecto al petitorio, Marcelo Fonseca comenta que básicamente se busca obtener un contrato similar al del Sindicato N° 1, pero con nuevos beneficios que si se alcanzan serían extensivos a todos los trabajadores de la operación, relacionados con mejoras en las escalas. “Con esto, queremos demostrar que se pueden sumar beneficios al contrato colectivo y no sólo mantener los que ya se tienen, que fue lo que pasó con la negociación del sindicato uno”, dijo Fonseca, añadiendo que “en términos de BTN queremos que se igualen las condiciones porque somos trabajadores igual que todos y creemos que tenemos el derecho”.

Una vez finalizadas las conversaciones con la empresa, el grupo negociador tiene un objetivo claro: convertirse en un nuevo sindicato, con una forma distinta de negociar, basada en el diálogo.

“Con el grupo negociador podemos demostrar que existe la voluntad de trabajar distinto a la metodología del sindicato y con eso hacer ver que existe gente capaz y que podemos liderar un nuevo movimiento sindical, que fue la aspiración que tuvimos el año pasado y con la que no obtuvimos resultados, porque antes existía la traba de la negociación que recién pasó y había un poco de temor de quedar sin nada. Ahora que ya pasó eso, hay mucha gente que quedó disconforme con cómo llevó a cabo la negociación el sindicato y creemos que podemos reencantar a esa gente”, dijo Fonseca.

“Entendemos que el palo y la piedra pasaron de moda y que creemos que el diálogo es la base para la negociación”, añadió, indicando que mantener el grupo negociador es una opción, pero que la idea es lograr conformar el sindicato paralelo.

“Después de la huelga infructuosa de 44 días en el 2017, a nuestro juicio, muy mal dirigida y que antepuso la fuerza sobre las ideas, intentamos formar otro sindicato. Nos faltaron 25 personas para completar el mínimo exigido de 250 trabajadores y, eso pasó fundamentalmente por que el Sindicato 1, a través de sus dirigentes, iniciaron una campaña de represión y amenazas en los lugares mismos de votación, haciendo presencia o vigilia. Eso hizo que muchos desistieran de este proyecto por temor a dichas amenazas”, complementó Marín.

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